Queridos míos:

Seguramente ya sabéis que la mitología egipcia forma parte de mis muchas y variadas obsesiones. Uno de los temas en el que más me gusta pensar es el Juicio de Osiris y el pesaje del corazón. Los antiguos egipcios creían que al morir, las almas de los difuntos se sometían a una prueba antes de alcanzar la inmortalidad. En este juicio, un tribunal presidido por el dios Osiris se encargaba de valorar los actos en vida de las personas y para ello usaban una balanza.

Esta idea de pesar el alma aparece en los mitos de muchas otras culturas, incluida la católica, pero normalmente se presenta de una forma más intuitiva para nosotros: en uno de los platillos se colocan las virtudes y en el otro los pecados. Sin embargo, en el Juicio de Osiris era diferente. En un lado se colocaba el corazón y en el otro una pluma de avestruz.

La pluma, llamada maat, simbolizaba el concepto de armonía y equilibrio. Durante el juicio, el tribunal iba haciendo preguntas al difunto que revelaban el verdadero peso de su corazón. Solo pasaría la prueba si la balanza no se inclinaba de ese lado. Es decir, si su corazón no pesaba más que la pluma.

Os he resumido el asunto a grandes rasgos, pero quedaos con esta imagen del corazón y la pluma. Es contraintuitiva para nosotros porque en nuestras metáforas el peso del corazón suele ser positivo. Decimos que alguien tiene «un corazón de oro» o «un corazón que no le cabe en el pecho» y que «ponemos en una balanza el corazón y la razón».

Este símbolo milenario de la pluma me parece útil estos días en los que a veces no encontramos las palabras para expresar el malestar que sentimos. Los egipcios tenían muy presente la zona del corazón, porque creían que en este órgano residían los pensamientos, la memoria y las emociones. Nosotros usamos el concepto médico de «ansiedad» y sabemos que se manifiesta a veces con una presión en el pecho. ¿No sentirían ellos que les pesaba el corazón?

Acordaos de esta historia la próxima vez que sintáis que os aplasta el sufrimiento. ¿Acaso habéis hecho algo terrible? ¿Sois culpables de una falta que ofendería a los dioses? No lo creo. Osiris no era una divinidad que se molestara por tonterías. Estoy segura de que os daría el visto bueno. Respirad hondo y pensad que esa presión en el pecho no significa nada. No tiene poder sobre vosotros. Porque en realidad, vuestro corazón es ligero. No pesa más que una pluma.

☀️ La canción

Para esta carta llena de símbolos, qué mejor que una canción ¿distópica? escrita en Colombia en 1972. No sé qué querían decir con esa letra, pero en 2022 suena a secta a la que podría apuntarme.

🍸 Cosas del club: Esta semana en nuestro canal gratuito de Telegram, hemos compartido películas perfectas para el verano (post #21). También ha habido un pequeño motín contra el agua con gas, producto que recomendé en mi carta anterior (cría cuervos...), así que he decidido rendirme al clamor popular y esta semana hablaremos de bebidas sin gas y no alcohólicas, que reconozco que es un área desatendida. El post de los perfumes (#19) sigue activo —es ya como un club dentro del club—, y en el #2 hay nuevas conversas, cosa que me hace muy feliz. En el momento en que escribo esto, somos 2.105 personas y es curioso que aunque OLA pasó de los 10.000 suscriptores hace unas semanas, las dos cifras me hacen la misma ilusión. Gracias por leerme y gracias por formar parte de este club.

💐 El ritual

Midsommar está en mi lista de «Historias que me hubiera gustado escribir yo» y mi lista «Películas que me dejan huérfana cuando terminan» porque no hay muchas parecidas en el mundo. Aviso que es de terror, para quién no la haya visto. Pero es un horror de verano, luminoso y florido y eso lo hace excepcional.

🤷 La debilidad

¿Cómo me caí por este agujero? No me preguntéis. Los caminos de Internet son inescrutables y no sabría explicar cómo acabé en YouTube viendo a una chica con una camiseta de Joy Division haciéndole una sesión de reiki a su perro (¡¿?!). La insólita escena tuvo el insólito efecto de hipnotizarme y desde entonces me he vuelto adicta a los vídeos de este ser de luz antes de dormir. Lo gracioso es que no solo no creo en nada de lo que dice, sino que muchas de las pseudociencias que practica me causan indignación cuando las promueven otros. Pero a ella le perdono todo. Porque sí creo en la magia del movimiento preciso de sus manitas, que te obligan a desenfocar la vista, y la suavidad de su voz. No será «energía» lo que me transmite, pero el efecto es real y he decidido entender todo lo que dice como una metáfora. Sus vídeos me relajan y me adormecen como nunca lo ha hecho otro contenido, así que bien merece que lo comparta aquí. Si vosotros tenéis otros vídeos o trucos que os hagan el mismo efecto, espero que esta semana los compartáis en nuestro canal de Telegram.

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🕯️ La lectura

🚫 La desrecomendación

Esta semana os desrecomiendo que os preocupeis por vuestro aspecto, si es un lujo que os podéis permitir. El cuidado por la apariencia no es siempre tan superficial como puede parecer y forma parte de nuestra identidad social, nos guste o no, pero olvidarnos de ese asunto por unos días es un placer, sobre todo en verano.

  Actitud para esta semana:

Me despido por hoy y os dejo caer, así en voz baja, que esta es mi penúltima carta del verano (!!!). Esta semana os deseo que los dioses os sean propicios.

Con cariño,
Carmen

P.D.:

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