Ver en navegador

Foto de Guy Bourdin

Queridos míos:

 

Los que lleváis aquí más tiempo, quizá recordéis cuando os hablé de la casa de mi hermana y la ventana de la habitación en la que duermo. Este verano he podido volver a pasar unos días allí y reencontrarme con sensaciones veraniegas que necesitaba para recomponer mi mundo. Pero aún así, echaba de menos algo.

 

Tenía lo de siempre: mi familia más cercana, sobremesas en el porche, piscina y playa, sumado a la novedad emocionante de un nuevo sobrino. He sido más feliz de lo que podía esperar. Y sin embargo, la escena no estaba completa.

 

Por la noche, junto a la ventana, aguzaba el oído y me llegaban los ladridos lejanos de algún perro, el crepitar de las hojas al desprenderse del enorme ficus que flanquea la construcción, pero no oía a los grillos. ¿Será que no hace suficiente calor?, me pregunté al principio. Pero cuando volví en julio, ya no tenían ninguna excusa para no hacer acto de presencia.

 

Sé que es ridículo echar de menos un detalle así y, sin embargo, me parecía que la «normalidad» no era normalidad del todo sin escuchar ese sonido asociado al jardín, al verano y a las noches junto a esa ventana.

 

Por fin una noche, cuando iba a acostarme, lo oí. Era imposible no hacerlo. El grillo debía de estar a pocos metros y parecía más bien la alarma de un coche, si no fuera porque ni siquiera era del todo regular. Sonaba frenético y desquiciado. Gracias a él, me dormí plácidamente, ahora sí, completamente feliz.

 

Es curioso. La felicidad tiene que ver con éxitos, eventos importantes y buenas noticias, pero también está hecha de rutinas prosaicas y detalles ridículos que solo tienen sentido para uno mismo. No dejéis que nadie os convenza de lo contrario.

 

🤸‍♀️ El tema

 

El otro día vi este tuit, que me hizo muchísima gracia, y pensé que era extraño que no hubiera puesto aquí este temazo. Después de todo, lo que pasó con esa chica define a la perfección el espíritu de estas cartas: dar juntos la espalda al colapso de la civilización.

 

🙋‍♀️ Si habéis aterrizado aquí por un enlace, podéis suscribiros a estas cartas aquí.

 

🍉 Los colores

 

Creo que a estas alturas del verano, necesitamos una buena dosis de los colores intensos de Nava Grunfeld.

 

🏊‍♀️ La estrella

 

¿Cómo es posible que no hayamos hablado nunca en OLA de Esther Williams? Si os digo la verdad, no os podría contar el argumento de ninguna de sus películas (siempre me ha costado seguir el hilo de los musicales porque me salgo de la trama), pero esas imágenes glamurosas de ella nadando se grabaron a fuego en mi mente durante la infancia. Para refrescaros la memoria, os traigo este post completísimo de sus mejores escenas. Esta en concreto me ha parecido una maravilla digna de ver.

 

♥️ Si os gusta esta carta, podéis reenviarla o usar este enlace para animar a más gente a que se apunte.

 

🧳 El consejo

 

El otro día me di cuenta de que os he hablado varias veces en estas cartas del jazmín y nunca de la madreselva. Imperdonable. Me avergüenzo de mí misma. ¿Qué sería de los veranos sin su fragancia nocturna? Por no hablar de que su nombre es una de las palabras más bonitas del castellano. Si no controláis mucho de plantas, igual estáis imaginando algo exótico, propio de climas tropicales, pero no os confundáis, la madreselva es una de las enredaderas más comunes, crece como una mala hierba y puede incluso que la hayáis comido. Echadle un vistazo. ¿Os suena? Uno de los recuerdos más bonitos de mis veranos de la infancia era sacar el néctar de estas flores. Mi recomendación es que volváis a hacerlo o lo probéis por primera vez. Estos son los pasos: se coge la flor completa, se pellizca la parte de atrás y se saca el estambre que tiene en la punta una gota de nectar. Se lleva esta gota a la lengua. Se siente una como un hada de los bosques.

 

🚫 La desrecomendación

 

Esta semana, os desrecomiendo a una persona, la que vosotros queráis. Elegid a un personaje público que detestéis especialmente (tampoco hace falta que lo odiéis) y silenciad su nombre en Twitter. Es posible que consigáis olvidar su existencia. No digo a quién he elegido yo porque prometí no ser hater en esta sección y además, lo mejor de esta idea es que no hay que contarlo, no hay que ofender a nadie. Vosotros seréis más felices y nadie sufrirá. En realidad, estáis haciendo el bien.

 

  Actitud para esta semana:

 

Me despido hasta el sábado que viene. Esta semana, si podéis, dormid escuchando a los grillos

Con cariño,
Carmen

P.D.:

💌 Si entre semana tienes mono de mí (lol), puedes seguirme en Instagram y Twitter.

 

👋 Si tienes sobredosis de mí, date de baja.

 

Copyright © 2020 Carmen Pacheco, Todos los derechos reservados.