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Queridas personas:
Lo sé. Sé que aún falta más de un mes para que comience oficialmente la primavera. Sé que al invierno aún le queda mucho frío y mucha lluvia antes de desahogarse del todo. Sé que los brotes impacientes, que como esta carta se adelanten, se helarán en las ramas, marchitándose por su propia imprudencia. Pero ese es el espíritu de la primavera. Cuando llegan las flores de mayo, ya nadie la pone en duda, pero si hay unos meses en los que se hace notar son esos en los que, por unos días, el invierno flaquea. Hay un cambio en la luz y los pájaros cantan durante un buen rato tras la lluvia. No es primavera, pero ya se nota.
Es gracioso que tratara de convencerme a mí misma para no escribir esta carta. ¿No será mejor, Carmen, dedicar Flecha a la primavera más adelante? Sí, sí, es mucho más lógico. Tuve varias veces este debate conmigo misma, hasta que caí en la cuenta de un pequeño detalle: por supuesto que puedo escribir una carta primaveral el 15 de febrero y luego escribir otra en abril. Puedo escribir todas las cartas dedicadas a la primavera que quiera, porque Flecha no obedece más que a mi capricho. ¿Quién podría impedírmelo? ¿Vosotros? ¡No creo! Debate zanjado.
De eso va precisamente esta carta: de los días hechos de deseo y ganas, de una anticipación ilógica, irreprimible. De esa capacidad alucinante de los humanos de, hasta en el más oscuro de los inviernos, despertarse un día y ante el más mínimo indicio, arrojarse a la esperanza: sí, llegará seguro. Llegará la primavera.
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Canciones para teletransportarse
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Esta carta merece una canción que suene como una promesa que se cumple, como la luz intensa que provoca el deshielo, como las primeras flores de los almendros y las pequeñas yemas verdes en todas esas ramas, todos esos árboles que parecían muertos.
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Datos que hacen el mundo interesante
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Hay pocos mitos más bellos que el de Deméter y Perséfone. Probablemente ya sabéis cómo va: Perséfone, hija de Deméter, joven y guapa, se convierte en la obsesión de Hades, dios del inframundo que decide conquistarla mediante la romántica y sutil táctica del secuestro. Su madre, la diosa de la tierra y las cosechas, se enfada y abandona su trabajo, así que los campos se hielan, los frutos se marchitan y los humanos se mueren de hambre. Zeus, que no es el dios más compasivo pero nos tiene cierto aprecio, decide intervenir y habla con su hermano Hades, a ver qué se puede hacer. La cosa pinta mal porque Perséfone ha comido granada, una fruta del inframundo, y por tanto, ya no podrá abandonarlo, pero al final consiguen llegar a un acuerdo. Perséfone pasará la mitad del año con su madre y la otra con Hades. Esta especie de custodia compartida es la razón por la que Deméter hace florecer el mundo cada primavera cuando se reecuentra con su hija y lo deja morir cuando se separa de ella, convirtiendo las estaciones en una manifestación de su ánimo. Y haciendo realidad el sueño que secretamente albergamos todos de que el mundo gire literalmente en torno a nuestro drama personal.
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Apps que están de nuestra parte
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Si sois como yo, de esas personas que detectan (y a veces sufren) los cambios en la luz, en los sonidos y en el paisaje que se producen semana a semana y os parece que dividirlos en cuatro estaciones es ridículamente simplista, la app 72 Seasons os va a encantar. Se basa en el calendario tradicional japonés y cada cinco días te suministra una dosis de información y belleza, para poder entender mejor y disfrutar la miniestación que toque. Hacedme caso porque es un tesoro de verdad.
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Universos a los que mudarme
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¿Estar estéticamente obsesionada con los motivos florales es cursi? No me contestéis porque que me da igual. Nadie podrá jamás arrebatarme la felicidad primaria, ilógica e instantánea que me provocan las flores desde que era una niña. Me entusiasman hasta en sus usos más horteras, pero cuando alguien como Doan Ly las elige y las fotografía con un gusto exquisito se convierten en arte.
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Extrañas muestras de humanidad en Twitter
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Ganas de amor y aventuras.
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Últimamente se ha apuntado gente nueva a Flecha (¡hola!) y, aunque no tengo como objetivo ampliar la audiencia de esta newsletter (en realidad es que no tengo ningún objetivo) me gusta y me hace mucha ilusión que crezca. Así que os voy a pedir algo a todos los que os considerais fans: descubridle Flecha a alguien, a una persona como mínimo. Traedme a alguien gordito que nos podamos comer interesante, que merezca estar aquí. Funcionemos así, como los tentáculos de una secta, pero sin quedarnos con los ahorros de nadie ni hacer sacrificios humanos. De momento.
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Me despido por hoy. Estos días, vivid aventuras y cuidaos de la alergia y de la euforia.
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Ganas de florecer, una vez más.
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1. Fragmento de la obra Fluttering Butterflies de Hans Zatzka
2. Instagram de @nosenekoshiro
3. Instagram de @colorteutic
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4. Origen irrastreable
5. Foto de Michele Bisaillon
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