Si me preguntáis, no sé si hubiera elegido nacer, pero cuando llueve me alegro mucho de haberlo hecho.

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Foto de Wolfgang Suschitzky

Queridas personas:


Si me preguntáis, no sé si hubiera elegido nacer, pero cuando llueve me alegro mucho de haberlo hecho. Soy consciente de que si viviera en una de esas regiones llorosas del planeta no pensaría lo mismo, pero me crie en un desierto y vivo en un lugar donde la lluvia es escasa. Estos días, sin embargo, no me quejo porque ha llovido en Madrid de manera espectacular con una exhibición notable de rayos, truenos y trombas de agua.


Me gustan las tormentas porque me recuerdan que yo también soy un fenómeno extraordinario. Una configuración momentánea de átomos con cierta ilusión de continuidad. Una combinación única de parámetros con un corazón que late y una cabeza que es capaz de pensarse a sí misma. Capaz incluso de traducirse a palabras.

 

Cuando era pequeña y oía eso que decían los curas de «polvo eres y en polvo te convertirás» me parecía tétrico y agresivo. Una amenaza. Ahora entiendo que esa frase tiene la misma verdad que un trueno. No hay memento mori mas bello que pensar que le hemos arrancado al polvo este pulso de agua, de hueso, de sangre, de aire que nos mantiene en pie. Qué importa que sea fugaz, que en términos cósmicos dure menos que la lluvia en Madrid. Eso lo hace más extraordinario aún

 

🎧 Me gustaría ser una persona normal que no se obsesionara con canciones y las escuchara siete mil quinientas veces en bucle hasta querer apuñalarse los tímpanos, pero no lo soy. Esta es la última con la que me hago daño.

 

Una lectura

Si tuviera que recomendar a un solo autor de ciencia ficción actual elegiría Ted Chiang. El relato que da nombre a esta recopilación es precioso y tiene mucho que ver con la idea de entender la identidad como una breve configuración de variables. 

 

Una revelación

Hace un tiempo, desde Nadie, una consultora de marca con la que he colaborado a menudo, me pidieron que entrevistara a la socióloga Cristina Santamarina a propósito de un paper que había escrito para ellos recientemente. Yo no sabía muy bien cómo abordar el encargo porque Cristina es una persona inteligentísima y me intimidaba mucho, pero por otra parte ¿cómo vas a perder la oportunidad de hablar con alguien que sabe tanto sobre un tema que te apasiona? La conversación fue intensa y se acaba de publicar. Aún tengo la sensación de haber estado hablando con un oráculo.

 

Un tesoro

No es el tesoro más fotogénico que he traído aquí, pero una amable lectora de esta carta me lo hizo llegar y supe al instante que debía compartirlo. Resulta que este pequeño recipiente encontrado en una tumba romana del siglo I d.C, en la localidad sevillana de Carmona, guardaba aún los componentes un perfume y un equipo de investigadores de la Universidad de Córdoba lo ha podido reproducir. ¿A qué olían en la Antigua Roma? Algunos os vais a llevar un disgusto.

 

Una ilusión

¿Vosotros sabíais que existían los arcoiris lunares? Yo no. Y ahora no solo estoy obsesionada con la aliteración del término, sino con ver alguno en mi vida. Otra necesidad más.

 

El club

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Llevamos un montón de tiempo en el club hablando sobre los libros que más nos han gustado, pero a petición popular a partir de hoy compartiremos también los que hemos odiado, porque no está la vida como para que nos roben horas y capacidad de atención. Pasaos por el último post y debatimos.

 

Un poema

Woke up this morning with
a terrific urge to lie in bed all day
and read. Fought against it for a minute.

Then looked out the window at the rain.
And gave over. Put myself entirely
in the keep of this rainy morning.

Would I live my life over again?
Make the same unforgivable mistakes?
Yes, given half a chance. Yes.

 

Rain de Raymond Carver

 

Una posdata

Sé que las posdatas van al final de las cartas, pero os prometo que estoy añadiendo este apartado a última hora, mucho después de escribir el resto, porque acabo de descubrir una cosa que no podía dejar de compartir aquí. Si creyera en el destino, pensaría que me está contestando a esta carta personalmente. Entrad en este enlace y leed el poema. ¿Me entendéis ahora?

 

Me despido por hoy. Espero que os libréis de la lluvia pero no de saltar algunos charcos.

 

Un instante.

 

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