Sigo muy feliz por tener ocasión de enviaros estas cartas y al mismo tiempo desconcertada por el hecho en sí. Pero creo que empiezo a entender la causa y me parece una revelación digna de compartir con vosotros.

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Foto de Tim Walker para Target.

Queridos míos:

Sigo muy feliz por tener ocasión de enviaros estas cartas y al mismo tiempo desconcertada por el hecho en sí. Pero creo que empiezo a entender la causa y me parece una revelación digna de compartir con vosotros.

OLA es para mí un trabajo de edición. No de texto precisamente, porque el tiempo y las ganas que puedo dedicar a esto no me dan para perseguir errores, erratas y repeticiones (tendremos todos que vivir con ello). Pero sí me empleo a fondo en elegir el contenido. Me digo: ¿qué maravillas de mi colección de tesoros podrían gustarle a otros? Y aquí comienza un proceso de abrir y cerrar cajones mentales para encontrar las cosas que, por nimias que sean, me han hecho disfrutar alguna vez.

Pasa entonces como cuando mariekondizas el armario; te asaltan las dudas existenciales. A ver, si yo era tan feliz aprendiendo sobre mitología sumeria, ¿por qué he dedicado cuarenta horas de mi vida a ver una serie de la que ni siquiera me acuerdo? Ojo, no estoy diciendo que haya conocimientos o entretenimientos superiores a otros. Tampoco creo que las actividades que adoptas por moda o simple presión social sean indeseables. Ni mucho menos. La clave de esta edición vital que reivindico es precisamente desprenderse de juicios de valor, más allá del me gusta o no me gusta.

Una vez, de niña, escribí en un folio una lista de las cosas que me alegraban. La guardé en una caja de metal de Hello Kitty y la sacaba a menudo para releerla cuando estaba triste. Esta idea que casi todos tuvimos en la infancia pasó a ser un elemento fundamental con la llegada de internet y las redes sociales. Tus perfiles son en esencia un listado interminable de lo que amas y lo que detestas. Pero, sin darnos cuenta, el criterio de edición que seguíamos cambió. La pregunta que de manera inconsciente te haces no es sobre tus gustos, sino sobre lo que esos gustos dicen de ti.

Editar tu vida de cara a los demás es una habilidad importantísima hoy y siempre. Ni lo niego ni lo critico. Pero no está mal abrir la lata de Hello Kitty y recuperar ese folio original, para preguntarnos de verdad: ¿Qué me gusta? ¿Qué es lo que realmente me hace feliz?

🎶 La canción

Puede que la gente que me lee desde hace años se acuerde de este vídeo. En una de mis encarnaciones pasadas en internet ya recomendé a Anita O’Day, pero he rescatado esta grabación para los que no la conozcáis. Su sombrero, sus guantes, su ritmo me siguen maravillando igual. Pero me sorprende no haber sido consciente hasta ahora de lo extraño que es ver un concierto de jazz en el que solo hay gente blanca.

👨🏻‍🎨 La obsesión

La foto del encabezado es parte de una campaña de Target para Vogue en la que se reinterpretaban imágenes icónicas de la revista. Esta en concreto es de una portada de 1911, ilustrada por George Wolfe Plank, señor con el que me encuentro actualmente obsesionada. Razones:
-Sus increíbles ilustraciones que ya fueron mucho antes imitadas en fotografía.
-Su indignada carta quejándose de las mujeres rusas del ballet que le habían contratado para pintar una escenografía.
-Su estrecha amistad con el escritor de uno de mis libros favoritos1

⚜️ La palabra

El otro día estaba tecleando mal «además» en el móvil cuando el texto predictivo me sugirió «adamascado». Lo leí, se me pusieron los ojos con forma de corazón y dejé inmediatamente lo que estaba haciendo (probablemente hablar con alguien) para ir a buscar la definición de tan bellísima palabra. Tengo una amiga diseñadora de vestuario que a menudo dice cosas del tipo «y llevaba aquí un fruncidito de muselina en color champán…». No puedo visualizar nada de lo que explica pero me comería la descripción. Los nombres de tejidos son para mí como la confitería de las palabras y adoro las novelas de época en las que se especifica si el vestido que obligaron a ponerse a Lady Fulani para el entierro de su padrastro era de organdí, crepe, popelín, chiffon o tafetán. Si sois como yo, aquí tenéis un buen surtido con el que atiborraros.

🌴 El lugar

Me parece importante que todo el mundo conozca la existencia de Río Celeste en Costa Rica. Un lugar donde el agua es de un color turquesa refulgente sin necesidad de filtros de Instagram. Hace muchos años mi amiga la bella B. y yo, en nuestro precario y descerebrado errar por el país, pagamos a un ¿guía? local para que nos llevara hasta el río. Como él se lanzó al agua, nosotras lo seguimos. Nadar allí fue emocionante porque el color del agua es como de otro mundo y un poco también porque pensabas: «esto probablemente sea tóxico, mañana amaneceré muerta en la cama». Tras el baño, como no podía ser de otro modo, nos hicimos una foto chorreando junto a la señal de «Prohibido bañarse». A veces la genética española es más poderosa que cualquier sentido del civismo o del decoro2.

💰 El spam

Compre y regale a sus pequeños Tres veces la mujer de gris, el libro que hizo llorar de emoción a cincuenta niños de San de Ildefonso. Misterio, aventuras y acción que no dejarán indiferentes a ningún mocoso.

⏳ El futuro

Hay gente que ahora se ríe de los que hace un año pasamos horas, días, meses obsesionados con Pokémon GO. No entiendo las risas porque es un perfecto ejemplo de cuando probar «eso que hace todo el mundo» se convierte en un gran acierto. Supongo que solo los que jugamos a ello supimos lo felices que fuimos. A mí en realidad me daba igual la temática Pokémon y soñaba con el día que la misma mecánica de juego se adaptara a otra idea. Después empecé a seguir a @madewithARKit y ahora sueño con portales a otras dimensiones y personajes de libros infantiles que visitan a los niños en su casa. De momento son simulaciones de apps que están en desarrollo, pero como el futuro va de fliparse, yo elijo fliparme con esto.

Esto es todo por hoy. ¡Os deseo una semana llena de redescubrimientos!

Con cariño,
Carmen

P.D.: Me encantan los comentarios y sugerencias que estoy recibiendo. Podéis hacérmelos llegar respondiendo a esta carta o abordándome por otras vías:

P.D.2: Sois los mejores por compartir OLA y hacer que otros se suscriban. Esta semana podéis tomárosla libre. Jaja, no, es broma.

P.D.3: Si alguien te ha reenviado esta carta o has llegado por un enlace, puedes suscribirte aquí.

1. Siempre que descubro a algún artista o personaje histórico que me encanta, solo necesito cinco minutos para descubrir su amistad con alguien que ya me había obsesionado antes. No falla. La sensación de que el mundo es un pañuelo es atemporal.

2. El agua de Río Celeste no es tóxica. Nosotros sí. Está prohibido bañarse para que no alteremos la composición química del agua y conserve su color. Pero eso lo supe luego.

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