Una carta en la que estamos más cerca vosotros y yo.

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Foto de origen irrastreable.

Queridas personas:

El ladrido de un perro a lo lejos, al menos dos cantos distintos de pájaro y el ruido de unos neumáticos sobre la grava, mientras veo cómo la brisa agita levemente una palmera: no necesito mucho para ser feliz. Atrapo instantes del verano cuando estoy a solas. También cuando estoy acompañada, pero sobre esos no tengo control. Empecé a escribir esta carta mentalmente ayer, cuando miraba por la ventana, y ahora tecleo el texto en un autobús. Fantaseaba ya con las horas de trayecto de hoy porque nunca soy más yo, y menos yo a la vez, que cuando viajo sola. Fue extrañísimo pensar en ello, abrir Instagram y leerme a mí misma decirlo desde una novela de hace casi diez años. Alguien había compartido una foto de una página con este fragmento marcado: «O será que en tren, cuando uno viaja solo, es cuando de verdad se es libre, porque en esa transición entre dos papeles a interpretar, el que hacíamos en el origen y el que haremos en el destino, podemos por fin ser lo que queramos».

Igual es que me repito mucho, igual es que pienso demasiado en lo mismo.

Mi plan es escribiros esta carta en un autobús y la siguiente, la última del verano, desde un avión. No sé si lo notáis, pero así la comunicación es mucho más íntima porque estoy más cerca de cada palabra. Cuando llevo un tiempo sola, sin hablar con nadie, escucho mejor mi voz.

Ya hemos comentado también esto otras veces, pero voy a seguir repitiéndolo hasta que me muera: es vital escucharse a una misma de vez en cuando, no por darnos ninguna importancia, sino por pura higiene mental. Vaciar la cabeza de las voces de otros, salirse de los discursos colectivos, dejar de ser quienes fuimos ayer, quienes seremos mañana, quienes somos para los demás. Y entonces, en ese remanso de silencio, atender a nuestro concepto más íntimo de la felicidad, que quizá es más simple de lo que parecía: puede que solo se trate de la ausencia de dolor, tener un rato para una misma, la luz entrando por una ventana y el rumor sencillo de la vida.

 

⚡ La canción

 

Soy criticada a menudo por mi selección musical para estas cartas (con mucha educación, todo hay que decirlo) y no lo entiendo porque yo siento que os traigo canciones preciosísimas y un poco incomprendidas como esta, sin ir más lejos.

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🔬 El juguete

 

Hablar y jugar con mis sobrinos ha sido uno de los highlights más brillantes de este verano. El mayor tiene cinco años y decidimos regalarle su primer dispositivo digital, que es un microscopio para niños. Es también bastante alucinante para adultos, confieso. Y como además se pueden grabar las imágenes que se ven en pantalla, mi sobrino lo identificó como «su cámara» y se dedicó a hacer «fotos chulas» de todas las superficies que encontraba. Tengo esperanzas de que este sea un recuerdo que conserve de adulto, junto al de escribir su primera historia.  

 

🫀 La lectura

 

Me he dado cuenta de que apenas os he recomendado lecturas este verano, quizá porque estoy teniendo muy poco tiempo para leer. Pero esta novela arrebatada me acompañó los primeros días de calor y la sensación que me dejó me sigue durando hasta ahora. Me encantó por cómo está escrita y porque pude meterme en ella y devorarla en un par de días. ¡Como en los viejos tiempos cuando nos funcionaba el cerebro!

 

🤔 El artículo

 

Mi Imperio Romano esta semana es este artículo que explica cómo durante el Imperio Romano la mayoría de la gente vivía en peores condiciones que durante su caída. Siempre desconfío un poco de estos relatos (que no dejan de ser «relatos» porque cualquier interpretación se hace desde una ideología y un marco de pensamiento), pero el dato de la altura media de la población me ha dejado en shock. El artículo me encanta porque conecta con mi espíritu más anarquista, pero sobre todo porque me reafirma en la idea de que las distopías en la ficción son profecías autocumplidas y que es necesario pensar de otra forma si queremos otro futuro.

 

🏕️ La comunidad

 

Esta semana en nuestro club de Telegram se han compartido consejos y objetos útiles para ir de acampada o mochilear en general y retiros creativos o centrados en alguna actividad. Los dos hilos son oro y estoy deseando saber si ponéis en práctica algo de lo que habéis descubierto

 

🔍 El vídeo

 

El verano no es la mejor estación para confraternizar con los insectos, sobre todo si eres irresistible para los que pican. Por eso me ha gustado ver este vídeo, que me ha hecho volver a mirarlos con otros ojos, concretamente los de un señor que los pintó con mucho amor hace cinco siglos

 

🚫 La desrecomendación

 

Esta semana os desrecomiendo muchísimo caer en el pesimismo derrotista. La actualidad geopolítica es para echarse a llorar, pero si así nos lo parece, si no creemos que el sufrimiento de otros sea normal o deseable es porque hemos mejorado como sociedad. Y seguiremos haciéndolo, aunque ahora mismo no lo parezca. Es más, tenemos suerte de haber nacido en esta época y no en otras mucho más duras.

 

 Actitud para esta semana:

 

Aquí me despido por hoy. Nos leemos la semana que viene en nuestra última cita del verano. Hasta entonces, prestad atención a vuestra voz.

P.D.:

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