Estás en un sala grande, de techo alto, con paredes forradas de madera y enormes estanterías. La luz de la tarde entra por una cúpula acristalada en el techo. En una de las paredes, los estantes dejan sitio a una chimenea, donde el fuego hace crepitar la leña. En torno a ella hay varios divanes y sillones de lectura de estilo decimonónico, pero sorprendentemente cómodos.
Una gran mesa se encuentra en el medio de la sala, con varias sillas y lamparitas de lectura.
Sobre el suelo se extiende una alfombra de color azul oscuro, mullida y limpísima, que se traga el sonido de los pasos. Pero el pelo de la alfombra delata el movimiento: de vez en cuando observas pisadas de personas invisibles. Elige con cuidado dónde te sientas.
Casi ocultas, camufladas por el relieve de la madera, distingues dos puertas en la sala.