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Queridas personas:

Hace poco fui a que me hicieran una dermatoscopia o, como diría mi yo más andaluza, a que una médica me retratara los lunares. Tengo muchos por todo el cuerpo, así que estuvimos un rato.

La mujer me indicaba que subiera o bajara un brazo, tocándome apenas, con una sutileza que casi me lleva al desmayo. Qué poderoso es ese toque delicado. Lo he sentido muy pocas veces en la vida. Lo recuerdo en manos de una peluquera que me lavó el pelo hace más de una década, a la que nunca volví a encontrar, y en una dentista que me trató cuando era adolescente. Que te toquen los dientes con delicadeza es casi una experiencia mística.

En ese momento no eres más que un objeto, no hay ningún tipo de afecto en el toque. Sería muy incómodo que lo hubiera. Y, aún así, qué diferencia con esos exámenes médicos en los que te sientes un trozo de carne en una camilla, pero un trozo de carne odioso. Un objeto que molesta.

A veces, pienso que el único sentido de mi vida es encontrar esos raros momentos de delicadeza. Porque cuando tengo la suerte de vivirlos, me siento en paz con el mundo. Es posible hallarlos también mientras lees. Hay textos en los que cada palabra se ha colocado con cuidado y exactitud. Es un tipo de escritura que entra en tu mente de puntillas, sin grandes exhibiciones, y va colocando un pensamiento aquí y otro allá, de manera ordenada. Esto te hace sentir bien, así que permites que las palabras penetren del todo. Y, entonces, cuando menos te lo esperas, llega esa frase que, con dedos invisibles, te alcanza el corazón.

 

Canciones para teletransportarse

La primera vez que escuché esta canción, pensé: «es un poco moñas, pero tiene algo». La segunda vez que la escuché, rompí a llorar de lo bonita que me pareció. La tercera vez, el piano siguió sonando en mi mente durante una semana.

 
El tintineo del hielo.
 

Palabras mágicas

Un día, tenía puesta de fondo Radio 3, cuando me pareció que hablaban sobre la novela debut de una escritora. Luego leyeron un fragmento de un libro y, según la narración avanzaba, las palabras captaron por completo mi atención. Me pareció una descripción preciosa, exactamente el estilo de escritura delicada al que me refería antes. Me emocioné pensando que iba a tener una nueva escritora favorita, hasta que dijeron que se trataba de las primeras páginas de El río, de Ana María Matute. Acabáramos. Mi escritora española favorita de siempre. Fue un poco decepcionante no haber descubierto a una nueva Matute, pero ahora, al menos, hay algo de ella que esperar con ilusión.

 

El brillo de metal.

 

Cosas de nuestro club

Como veis, la de hoy es una carta normal sin pruebas ni elecciones de vida o muerte. Si sois nuevos y habéis leído sobre cierta sociedad secreta o sobre los hashtags #SSF1 y #SSF2, en esta otra carta (mal numerada, por cierto, era la 22) encontraréis más detalles. Si no entendéis de qué hablo, aquí lo explicaron muy bien. Los demás también sabéis que la puerta sigue abierta. Pero, por favor, calma. La prueba de acceso está pensada para resolverse a largo plazo. Es una ocasión para releer viejas cartas y descubrir o redescubrir a autoras, no para crearos frustración. Dos de los nombres están ahí, os lo prometo. Solo hay que buscarlos con un poco de paciencia. Tengo sentimientos encontrados con este asunto. Me siento al mismo tiempo halagada y culpable de que la SSF esté generando FOMO. Me gustaría saber qué pensáis.

 

El vaivén de las olas.

 

Un impacto profundo

Ya sé que hay que tener reservas hacia los vídeos «adorables» de animales, pero no he encontrado aún ninguna prueba de que este gato no esté pasando el mejor momento de su corta vida. Es uno de los ansiolíticos visuales más potentes que existen en internet.

 

Universos a los que mudarme

Ahora que se están borrando de nuestra mente los millones de fotos de la nieve de Madrid, creo que es el momento de enviaros de viaje a los delicados paisajes de nevados de Gustaf Fjæstad. Espero que paséis un buen rato allí.

 

Me despido ya. Ojalá estas dos semanas sean amables con vosotros y, en algún momento, incluso delicadas.

 

El destello de un cristal.

 

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📸 CRÉDITOS

1. Detalle de Young Woman with Flower Basket de Charles Chaplin

2. Origen irrastreable

4. Fotograma de Fuego en el cuerpo, 1981

4. Fotograma de Kiss wa Me ni Shite, 1991
5. Origen irrastreable