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Queridas personas:

¿Qué tal estáis? Yo mejor, porque estoy un poco menos. Me lo he podido permitir. No estar es un lujo, sale carísimo. En este mundo que hemos montado hay que estar constantemente. Y ser tú o yo, o nosotros o vosotros, durante todo el día, lo cual resulta agotador.

A veces me recuerdo a mí misma que el concepto de «identidad» es tan solo una ilusión. Que para el universo solo soy un puñado de átomos rebotando de aquí para allá. Y eso me alivia. Desaparezco un poco yo: mis miedos, mis recuerdos, mis planes, mi ansiedad... Y aparecen otras cosas interesantes a mi alrededor que estaban fuera de foco. Lo mejor es que entonces puedo apreciarlas en todo su valor y no solo a través de su vínculo conmigo.

Siempre que oigo o leo esa frase cliché motivacional de «sé tú mismo», pienso: no, haz lo contrario, se menos tú durante un rato. Verás cómo todo empieza a cobrar sentido.

 

Canciones para convertirse en otros

No podía elegir otra canción para esta carta, principalmente porque empecé a tararearla sin querer mientras escribía. Me parece divertido que haya quien hace una lectura negativa o melancólica de la letra, cuando creo que representa el mayor y mejor delirio de grandeza que se puede tener. En su versión original suena un poco antigua, pero la combinas con sol y un vermut y te salva el sábado.

 
Solo por un rato.
 

Lecturas que te cambian

La red oculta de la vida de Merlin Sheldrake es un libro que descubrí por casualidad cuando buscaba otro libro en la biblioteca (permitidme que insista: la libertad está en el azar). Es un libro cuyos temas conectan de lleno con mis últimas obsesiones y creo que ha marcado un antes y un después en mi forma de pensar. Va sobre hongos, sí. Pero también va sobre absolutamente todos los temas de la vida. Os lo prometo.

 

Nuestros nombres olvidados

Nuestro libro es cada vez más vuestro y mi hermana y yo estamos felices. Además, las fantásticas dueñas de Panta Rhei nos han dado la oportunidad de que podáis comprarlo dedicado por Laura y por mí, aunque para eso el libro tenga que recorrer muchos kilómetros. Por la firma con dibujo de Laura os aseguro que merece la pena.

 

Carmen del pasado

A veces me veis, pero no estoy. Mi cuerpo sigue en este mundo, en esta realidad, pero en mi interior me he caído por una madriguera de algún tema tan aleatorio como fascinante y mi cerebro se ha quedado a vivir allí por unos días. Me pasó esta semana con un duque inglés del siglo XVIII y el concepto de los «ermitaños de jardín» (personas de carne y hueso que trabajaban como adornos en los jardines de la aristocracia). Escribí aquí sobre ello porque he descubierto que cuando un tema me tiene demasiado atrapada, lo mejor es contarlo para liberarme.

 
Mucho más feliz.
 

Un impacto profundo

Cuando conocí a Ana Flecha Marco como componente de Ajuar, asumí al instante que lo de «Flecha» era nombre artístico porque no podía imaginarme que una de mis palabras preferidas pudiera ser un apellido de verdad. Y resulta que no solo lo es, sino que Ana Flecha canta y escribe haciendo honor a su nombre. Si no os lo creéis, podéis leer el precioso librito Piso Compartido. Es corto, se lee rápido y va directo al corazón.

 

Palabras mágicas

Hace tiempo, escuché en la radio este poema de Begoña Abad y tuve que ir corriendo a buscarlo. Me trajo a la mente otras palabras mágicas que compartí con vosotros hace meses, ¿Os acordáis?

NADA SOY

Cuando paseo en el bosque, árbol soy
y soy el sol que se filtra entre las hojas,
el aire que las mueve o el insecto que las habita.
Y si es el mar lo que contemplo
me hago ola mansa y espuma y pájaro marino.
Si escucho música me transformo en nota
o en prolongado silencio del pentagrama.
Cuando es el cielo lo que veo
ando volando, pues nube me hago,
o lluvia fina, nieve a veces o hielo transparente.
Piel se hace mi piel junto a la tuya
y mano en la caricia y ojos en tu mirada,
en palabra que pronuncias, me reconozco.
Y cuando avanzo hacia ti, soy tú.
Lo soy todo y nada de eso soy.

 

Me despido aquí. Espero que hasta mi próxima carta encontréis tiempo para estar con vosotros mismos y tiempo para no estar en absoluto.

 

Cuando no eres nada, eres todo.

 

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📸  CRÉDITOS

1. Before, after de Brie Moreno
2. Foto de Samuel Kristofski 

3. Origen irrastreable

4. VHS Positive