Con la vida me está pasando últimamente lo mismo que me pasaba con los exámenes del instituto: quiero que llame alguien para dar un aviso de bomba y se suspenda.

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Fotograma de Serial Experiments Lain, 1998

Queridas personas:

Con la vida me está pasando últimamente lo mismo que me pasaba con los exámenes del instituto: quiero que llame alguien para dar un aviso de bomba y se suspenda. Por supuesto, sé que es inútil. A estas alturas ya sabemos que un aviso de bomba no iba a servir, ni una catástrofe climática ni una pandemia. Algo así solo complicaría las cosas y encima tendríamos que seguir trabajando. O peor, nos quedaríamos sin trabajo, que paradójicamente, tal y como está montado el sistema, sería una desgracia mayor.

No me valen tampoco eventos ajenos al planeta como extraterrestres o meteoritos porque, pasada la excitación momentánea de estar viviendo una película de ciencia ficción, tendríamos que lidiar con un caos humano insoportable.

Lo que desearía es una suspensión radical de la realidad. Que apareciéramos todos de repente en un limbo y nos llamaran a cada uno en privado para explicarnos las cosas: «mira, esto era solo un test, lo habéis hecho fatal y ahora vais a ser gusanos».

Para colmo de mis males, me pasa también que vuelvo a pensar mucho en Marinetti. Por si alguien no lo sabe, Filippo Tommaso Marinetti fue un poeta italiano que, entusiasmado por los avances tecnológicos de principios del siglo XX y después de estamparse con su coche en un foso, fundó el movimiento Futurista. «Un automóvil de carrera con su vientre ornado de gruesas tuberías, parecidas a serpientes de aliento explosivo y furioso... un automóvil que parece correr sobre metralla, es más hermoso que la Victoria de Samotracia», decían los futuristas en su manifiesto. Las obras de Marinetti en esta primera fase me fascinan hoy en día por su interés histórico, pero cuando en el instituto leí el verso «qué alegría ver oír oler todo todo todo tatatatatata de las ametralladoras» pensé sin más: «este hombre es imbécil». Y nunca más pude quitármelo de la cabeza.

Creo que, aunque el discurso público haya sabido adoptar un tono más amable, llevamos unas cuantas décadas como Marinetti —yo la primera—, fascinados por la capacidad de la tecnología humana. Proyectamos en ella nuestras esperanzas y nuestros terrores, cuando en realidad la tecnología no es un caballo desbocado que nos arrastra a un futuro impredecible. El caballo tiene riendas y hay que fijarse siempre en quién las maneja.

Diez años después de escribir el Manifiesto Futurista, cuando fliparse con el «corazón eléctrico» de las lámparas ya era un poco ridículo, Marinetti, que quería abolir el matrimonio y la herencia y que no se consideraba de derechas porque aspiraba a romper con la tradición y fundar un nuevo orden basado en el progreso, escribió el Manifiesto Fascista y se convirtió en el poeta oficial del régimen de Mussolini. El futuro no resultó ser tan radiante como él se imaginaba.

 

🎧 Para esta carta he elegido un temazo igual de adictivo que el futuro y a juego con mis taquicardias

 

Una lectura

Este libro no ha contribuido en nada a reducir mis preocupaciones, no os engaño, pero me parece una lectura breve y necesaria para intentar ordenar con palabras el caos que nos rodea. Me gusta especialmente la parte en que Marta Peirano explica cómo hemos sido víctimas del arquetipo de empresario visionario que pretende salvar a la humanidad. Al menos Marinetti iba de frente.
☞ En Kindle / en librerías.

 

Voy a explicar este asunto porque lo he mencionado de pasada y a algunos lectores no les ha quedado claro:

  • Esta newsletter tiene una comunidad en Telegram. Este es el enlace al canal. Si entráis desde el móvil y le dais al botón «Unirme» en la parte inferior podréis leer los comentarios de los posts y participar. Está feo que yo lo diga pero es una comunidad... ♥️✨♥️✨♥️✨
  • Cada dos semanas compartimos ideas sobre algún tema. Por ejemplo, en el post #34 hay un montón de ideas geniales para regalos de Navidad.
  • Aparte de seguir compartiendo ideas, el 31 de diciembre vamos a empezar un club de lectura. Simplemente se trata de leer The Secret History, el libro que recomendé hace dos cartas, y comentar nuestras impresiones. No hay un día y una hora para hacerlo ni es necesario apuntarse en ningún sitio. El 31 yo publicaré un post en el canal de Telegram y de ahí en adelante quien quiera puede entrar a los comentarios y participar cuando le apetezca. ¡Hay mucho que decir sobre esa lectura!
  • El canal también sirve para comunicarme con vosotros de una forma más ágil. Por ejemplo, en mi anterior carta, puse mal el enlace a la LISTA DE PERSONAS QUE DESAPARECIERON MISTERIOSAMENTE EN EL MAR y allí pude avisar y corregirlo en el momento.
 

Tres pistas

πŸ‘€ Cuando un tema te provoca tanta ansiedad que no puedes ni siquiera hablar de ello, solo hay que esperar a que alguien se contagie de esa misma ansiedad y verbalice tus miedos mejor que como lo hubieras hecho tú. Eso me ha pasado con Delia y sus primeras impresiones sobre ChatGPT. Ella siempre ha sido mi pastora de internet. Suscribíos a su newsletter.

🎧 Creo que en este podcast explican muy bien en qué consiste esta tecnología que lleva un tiempo perturbando mi paz. Qué es, qué no es y cómo podemos esperar que evolucione.

πŸ€“ Y aquí una explicación técnica, para quien la quiera, de por qué estamos flipando ahora con algo que salió en 2020.

 

Una pesadilla

No creáis que tengo una fijación solo con Marinetti. En la larga lista de Personas muertas que me estresan también está Le Corbusier. No le quito al suizo ni un ápice de sus méritos arquitectónicos y estéticos, pero solo hace falta leerle un poco para comprobar que él y los futuristas italianos estaban en la misma onda. Me sorprende que que cuando se habla de uno de sus hitos, Villa Savoye, «la máquina de habitar», no se menciona la experiencia real de sus habitantes, condenados a vivir en una casa diseñada para un clima distinto. Y luego está el Plan Voisin para el centro de París, que me causa fascinación y terror en la misma medida. A veces, en mis pesadillas, me despierto allí.

 

Un alivio

Mientras estaba escribiendo esta carta sobre la tecnología y el futuro y tenía puesto el livestream del anuncio sobre la fusión nuclear, una amiga mandó este sketch a un grupo de WhatsApp. Me ha parecido indispensable compartirlo también con vosotros. Siempre es mejor reír que llorar.

 

Carmen del pasado

Hace unas semanas, fui a charlar con Anastasia y Marina para su podcast Gente 2020. No había tema para la entrevista, fue todo improvisado, así que por supuesto acabamos hablando sobre el exterminio de la raza humana y las crueldades del sistema. Nos reímos mucho. Solo se puede escuchar entero en Podimo, pero os dejo su enlace para los tres meses gratis de prueba.

 

Me despido por hoy. En esta carta he tenido un ataque de zeitgeist necesario, pero no os preocupéis que volveré a la programación habitual de reflexiones intimistas y consejos reconfortantes. Nos leemos en dos semanas.

 

Game over, please..

 

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πŸ—‘ Y si no quieres seguir leyéndome, date de baja.