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Foto para Georgia Jay Bags

Queridos míos:

¿Os acordáis de cuando el año pasado hablamos de ser personajes secundarios en nuestro propio verano? La idea era que estábamos todos muy cansados como para ejercer de protagonistas y por qué no mejor adoptar el papel fácil de un secundario simpático, que no tuviese demasiado peso en la trama. Esto dio lugar a una de mis conversaciones favoritas en el canal de Telegram. Nos reímos mucho, ¿verdad?

Pues bien, al ritmo que ha ido la vida desde entonces, yo este verano tengo la energía justa para hacer de extra. No doy para más. El otro día recibí una noticia que trastocó mis ya reducidísimos planes de ocio y veo difícil que en todo lo que queda de verano, pueda pisar siquiera una playa. No tengo derecho a quejarme porque mi situación laboral es privilegiada, pero por eso la semana pasada os hablé de tomarme el verano sin pensarlo y como viniese. No es que en mis circunstancias pueda hacer ningún plan.

Cuando me dieron la noticia, una parte de mi cerebro se puso rápidamente a encontrar argumentos para paliar mi sensación de desdicha. Y así tuve un razonamiento peregrino que me hizo mucha gracia. Pensé: bueno, al menos yo no tengo que encargarme de hacer el verano. El verano ocurrirá igualmente porque tiene su propia agenda y es indiferente a la mía. El verano desplegará su índice de temperaturas y sus horas de luz, sin importarle que yo no haya podido hacer planes para aprovecharlas. Ignoraré su presencia si estoy en una oficina, pero me asaltará en cuanto salga a la calle. Y aunque sea por la noche, cuando no me deje dormir, marcará en mi memoria su paso como no es capaz de hacerlo ninguna otra estación.

Sé que muchos de vosotros estáis en una situación parecida. Por distintos motivos, no vais a tener vacaciones o quizá sí las tenéis, pero estáis obligados a dedicárselas a otros, o estáis atravesando una época complicada. Todos hemos vivido veranos así. Incluso aunque ahora mismo estéis soportando el frío en otro hemisferio, seguro que podéis empatizar con la situación. Por eso, este es mi recordatorio de que no pasa nada. No estamos obligados a ser protagonistas de un gran verano. El verano se hace solo y nosotros solo tenemos que estar ahí.

🙌 La canción

Igual no tenéis vacaciones, igual no podéis salir de fiesta, pero no será por mí que no podáis subiros ahora mismo a una silla y bailaros los 8:05 minutos de este remix perfecto. De hecho, os reto a que lo escuchéis entero sin bailar. Yo he parado de escribir para hacerlo.

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🌋 El amor

Mañana suben otra vez las temperaturas en España y tendréis la ambientación adecuada para ver esta increíble historia de amor entre dos vulcanólogos. Amor entre ellos, amor por el planeta y amor por vivir la vida al límite. Me hizo muy feliz pensar que hay personas que vienen a este mundo con una idea clarísima de lo que quieren hacer en su breve estancia.

🍃 La bebida

Todos los veranos triunfo especialmente con alguna recomendación y os arruino la vida (como con la del helado) o soy vuestra salvación (como con la cosa para los mosquitos). Este año tengo el pálpito de que la que más me vais a agradecer (¿o echar en cara?) va a ser este refresco adictivo. Fue una recomendación de varias personas del Club el año pasado y alguien de La Casera, ojo avizor, me mandó una caja. Lo probé con muchas reservas, convencida de que no me iba a gustar y aún sigo sin procesarlo: ¿cómo está tan bueno? ¿cómo es posible que sepa a hierbabuena de verdad? Literalmente no voy a tener más remedio que levantarme para ir a la nevera en cuanto termine esta frase.

📝 El entretenimiento

A nadie le sorprenderá saber que yo fui una repelente empollona en el colegio, pero nunca tanto como para ponerme hacer deberes también en verano. No es que resultara inmune a la habilísima campaña de publicidad de Vacaciones Santillana, pero me di cuenta enseguida de que aquello era una estafa perpetrada por unos genios del mal. ¿O del bien? No lo tengo claro. El caso es que los cuadernillos de verano para adultos de Blackie Books me inspiraban cierta desconfianza por ser herederos del concepto, hasta que, durante una sobremesa de verano, una amiga abrió uno y nos pasamos horas resolviendo los ejercicios en grupo. Un acierto para compartir.

🌊 Lo mejor de OLA: Voy a ir recordando en esta pequeña sección las recomendaciones más celebradas de otros años, para que los que son nuevos por aquí. Sin duda, la primera tiene que ser el dispositivo de los mosquitos que he mencionado antes y aprovecho para enlazar la versión que se compró mi hermana, que es más barata y recargable (yo sigo felicísima con el mío). Podéis comentarme, en el canal de Telegram o contestando a este correo, las recomendaciones que recordáis y que creéis que deberían salir aquí.

🤓 El club

Lo sabía, sabía perfectamente que si os preguntaba a la gente del canal por protectores solares ibais a descubrirme cosas que no sabía ni que existían. Sois una mina de conocimiento. De verdad que os amo. Os recomiendo a todos que os paséis por la conversación.
Mi post favorito esta semana (y en mucho tiempo) del canal ha sido el de nuestro Club de lectura, en el que hemos comentado Mandíbula de Mónica Ojeda. Me ha encantado leer vuestras impresiones y compartir las mías. Lo he disfrutado de verdad. El próximo libro que comentaremos es Circe de Madeline Miller. Tenéis la fecha y toda la información aquí.

🚫 La desrecomendación

No osaré yo jamás decir que no vayáis a festivales de música porque probablemente muchos penséis que son lo mejor de la vida y tenéis razón: algunos de mis recuerdos más brillantes del verano se los debo a ellos. Pero sí estoy en contra de la presión de no perdértelos. A estas alturas no son ya nada especial y además están llenos de gente de mi edad que por dentro se quiere morir. Que no os dé FOMO pasar de ninguno.

Resignación para esta semana:

Me despido hasta el sábado que viene. Esta semana pasadlo genial, bien, regular o en modo supervivencia. ¡Todo vale!

Con cariño,
Carmen

P.D.:

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