Ver en navegador

Queridas personas:

Quizá el título de esta carta debería ser «La gratitud», pero es que odio un poco esa palabra. También odio el adjetivo en inglés, «grateful», porque el lenguaje de la autoayuda se ha apoderado de él, como de tantos otros términos inocentes.

La autoayuda en sí no es que sea el demonio, pero es un género en el que abundan oportunistas y personas de poco talento que hacen el agosto a costa de difundir frases vacías. O peor, nocivas. Para ser felices, tenemos que poner de nuestra parte, eso es obvio, pero no sin admitir primero que la sociedad es injusta, que el sistema es demoledor para la gran mayoría y que por mucho mindfulness que practiquemos, las claves de tu bienestar dependen de alcanzar la estabilidad económica y emocional. Tener ahorros en el banco y encontrar sentido a tu existencia porque hay personas en el mundo que te quieren. Esa es la base para construir la felicidad.

Dicho esto, debo reconocer que «practicar la gratitud» funciona. Lo sé porque hace mucho que lo llevo a cabo. Tengo en mi diario el odioso epígrafe «Algo que agradecer hoy» (está redactado así, como si me atendiera un camarero borde y desganado) y todos los días encuentro motivos de sobra para rellenarlo: estar tranquila en mi casa, sentirme a gusto físicamente, no tener reuniones, que mi novio me haya dicho una tontería al despertar que me haya hecho reír son cosas que, por suerte, puedo poner a menudo.

También tengo el apartado «Miserias» en el que vuelco todas mis preocupaciones. En la mayoría de los casos, una vez verbalizadas resultan ridículas, sobre todo si las comparo con la enumeración anterior.

Para las personas que tendemos a enfocarnos en lo negativo, fortalecer el hábito de la gratitud funciona. Es un hecho. Aunque, por propia naturaleza, nos cueste admitirlo.

Canciones para convertirte en otros

A veces encuentro en mi lista de canciones favoritas temas como este, que no recuerdo en absoluto, pero que mi yo del pasado ha dejado ahí porque ha pensado que me podrían gustar. Siempre se lo agradezco. Tiene muy buen gusto.

Gracias por la civilización.

Un impacto profundo

Decidme si no es una gran suerte en la vida que una persona a la que te ves obligada a seguir en Instagram porque es una de tus mejores amigas publique exactamente el tipo de cosas que quieres encontrar en Instagram. Me encantan los montajes con el figurín, las fotos de referencia y los tejidos, la idea y el vídeo con el resultado... Y encima sus stories me dan ASMR. Si os gusta, ¿podéis decirle que saque tiempo de donde sea y no deje de publicar regularmente? A mí nunca me hace caso.

Gracias por esas mañanas.

Datos que hacen el mundo interesante

Una vez le conté a mi amiga Virginia el origen de la expresión «que no te la den con queso». En otra época, algunos bodegueros vendían vino de mala calidad, dándolo a probar con una tapa de queso. La composición del queso neutraliza en parte el sabor del vino tinto y si es malo, lo mejora. Virginia me dijo que le habían hecho regalos que le habían gustado menos que este dato y con esa frase me devolvió el detalle. Porque a veces necesitas leer una verdad para apreciarla: por supuesto que la simple satisfacción de conocer, de averiguar algo que te interesa es comparable a recibir un bien material. Regaladle un dato a alguien o a vosotros mismos. Haceos ese favor.

Wallaland

Hacía mucho que no subíamos nuevo contenido, pero le hemos puesto remedio con una colección de doce diseños sacados de una revista de diseño japonesa de 1902. Son ✨.

Cosas de nuestro club

En mi última carta, os pedí vuestra opinión sobre el asunto de la SSF y estoy muy agradecida por las respuestas. Un mensaje que me hizo reír en voz alta fue el siguiente: «mira, yo acabé todo bien y viva, pero sin googlelear la monja y desde entonces no entiendo casi nada de lo que sucede a mi alrededor». Así que he pensado en resumirlo claramente para los nuevos y los que leéis en diagonal:

  • Antes de navidad mandé una carta especial con un relato interactivo al estilo Elige tu propia aventura.
  • Según las decisiones que hubieras tomado durante el relato, la siguiente carta que te llegaba era la carta de los vivos o la de los muertos.
  • El juego fue un experimento y acabó ahí. Próximamente habrá más, pero de momento las cartas han vuelto a su formato habitual.
  • Paralelamente a este juego, se me ocurrió probar otra idea. Crear una sociedad secreta dentro de Flecha, la SSF.
  • Para entrar en ella, tenías que resolver una prueba (encontrar el nombre de cierta monja).
  • La prueba tenía un plazo límite y muchas personas no llegaron a tiempo.
  • Por eso creé una nueva prueba: la de las tres escritoras. La solución a esta se puede encontrar poco a poco, sin prisa. Y solo por estar leyendo esto, os doy UNA PISTA 🔎 : ninguna de las escritoras es Agatha Christie.
  • El hashtag #Zilix, que quizá hayáis visto si me seguís en Twitter o Instagram, tiene que ver con la SSF y las actividades de sus miembros, pero no puedo explicar nada más, porque, bueno, es una sociedad secreta.
  • ¿En qué consiste formar parte de la SSF? ¿Merece la pena? Tampoco me corresponde decirlo a mí. Los que queráis averiguarlo, tendréis que pasar la prueba.

Un impacto profundo

Recrearnos con estas fotos increíbles que hizo George Silk de un grupo de personas tomando el sol en la nieve sin distancia social ni mascarillas me parece una actividad muy adecuada para esta época. ¿Dan envidia? Sí. Pero es muy probable que estén ya todos muertos, así que solo la justa.

Ya me despido. Espero que después de esta carta os sintáis más agradecidos con las cosas buenas de vuestra vida y que, por supuesto, nunca os acostumbréis a las malas.

Gracias por los caprichos.

📨  Para compartir esta carta, usa este enlace.

🙋‍♀️ Si pasabas por aquí y quieres apuntarte a este club, suscríbete.

 

🚪 Y si crees que es momento de marcharte, date de baja.

📸  CRÉDITOS

1. Foto de Frances McLaughlin-Gill

2. Origen irrastreable

3. Ilustración de Coby Whitmore

4. Pintura de Karen Werner